La cocina es un mundo infinito, ¿conocéis
la teoría de los mundos paralelos?
Dicen que nuestro mundo es como
una pompa de jabón, cuando haces varias pompas de jabón estas se pegan unas a
otras y justo en la unión es donde se abre la puerta a un mundo paralelo.
La cocina es exactamente igual,
es un mundo paralelo al nuestro, igual de infinito, una vez cruzas la puerta de
una cocina entras en ese inmenso mundo paralelo.
¿Pero a qué viene toda esa
historia de mundos paralelos? El otro día en facebook se discutía como hacer
una autentica paella, que si el chorizo es un sacrilegio, que si los guisantes
es un pecado, que las aceitunas si valen, que mejor conejo.
Realmente da igual que
ingrediente le eches a la paella siempre y cuando esta lo admita y te guste el
sabor que le da. Llámalo paella, llámalo arroz con tropezones o llámalo puturru
de foie, da igual el nombre, lo verdaderamente importante es que te guste el
sabor.
Personalmente para mi es
inconcebible que en la paella le pongas huevo duro y aceitunas, por dios ¿aceitunas
avinagradas y acidas en un arroz? ¿Y huevo duro? Venga ya es una locura, pero
oye que si te gusta pues pónselo, yo no me lo comeré nunca.
Igual que la tortilla de patata, ¿con
o sin cebolla? Pues depende de si te gusta la cebolla, tampoco soy quien para
apuntarte con una pistola y obligarte a comer algo que no te gusta. Que si, que
la cebolla suaviza mucho la tortilla y le da un tacto diferente, yo no lo
niego, pues es verdad, pero no me gusta sentir ese dulzor característico de la
cebolla en mi boca.
Personalmente detesto esos
extraños conjuntos que hacen de salado y dulce, morcilla y pera, queso y
membrillo. Pero para gustos los colores.
A lo que yo iba es que da igual
que demonios le pongas a la comida, siempre habrá alguien al que no le guste
ese sabor en particular, pero debemos guiarnos por eso, el sabor, a fin de
cuentas es lo que vendemos en una comida, no si le favorece el color rojo del
chorizo o el verde de un guisante o el blanco de un huevo, obviamente no le vas
a poner mermelada de fresa a una paella… o si, todo depende de cuánto te guste
la mermelada de fresa.